Abel Barrera Hernández detalla que el gobierno federal y estatal debe tomar en cuenta al “nuevo actor político” que surgió a raíz de los hechos de Iguala.
A esos ciudadanos empoderados que están tomando las calles y exigiendo cuentas a las autoridades, dice.
“Estos conflictos se han acumulado y han encontrado un momento propicio para expresar la inconformidad por una clase política indolente. Sigue la violencia a la alza en la región norte; en la zona centro no se ha podido controlar, porque sabemos los problemas que tienen las corporaciones policías. Los poderes municipales están muy debilitados trabajando de manera facciosa para su propio futuro político. Una clase política que se ha olvidado de su objetivo principal de proteger a la gente. Vemos el hartazgo de una población que ha sido empobrecida, engañada, manipulada”, explica.
Se trata de un malestar, agrega, que busca un cambio como la toma de alcaldías que la policía comunitaria de Guerrero emprendió desde hace unas semanas.
Hace unos días el vocero de las familias de los normalistas desaparecidos informó que si el gobierno no entrega avances sobre los desaparecidos para el 6 de enero, la Unión de Pueblos Originarios del Estado de Guerrero (UPOEG), tomará 21 alcaldías en distintas regiones de Guerrero.
Adelantó que en Tecoanapa, Guerrero, el Presidente Municipal Manuel Quiñónez Cortés fue desconocido y que la agencia del Ministerio Público, el Juzgado de la Paz, las supervisiones escolares y el Sistema DIF, están cerrados.
“En Costa Chica todos los municipios están tomados, queremos la desaparición de poderes. Nada más nos falta la instalación de las asambleas, porque el poder tiene que ser del pueblo”, dijo.
José Félix indicó que si los normalistas no regresan con vida, será un llamado al pueblo para hacer una revolución.
“Si por alguna razón de estos 15 días críticos, no regresan a nuestros hijos y ya no los volvemos a ver, no importa, queremos que queden en la memoria, y que sirvieron como tributo para el pueblo, para una revolución inteligente. No estamos llamando a las armas, sino con inteligencia, que la población se organice y que haga sus asambleas, tomar el plan de acción de los papás de los normalistas de Ayotzinapa”, dijo.
A principios de diciembre Manuel Vázquez Quintero, abogado de la organización de la UPOEG, confirmó a SinEmbargo que la policía comunitaria se preparaba para tomar e instalar consejos civiles y agrarios en los 44 municipios donde tiene presencia la organización.
Estos consejos se sustentan en la Constitución y tienen como objetivo regresarle al pueblo el poder perdido ante las autoridades municipales, coludidas en su mayoría con el crimen organizado, explicó.
“Estamos trabajando con el magisterio en los municipios donde tenemos presencia, para restituir a la población ese poder comunitario consagrado en el artículo 115 de la Constitución y en la Ley de Participación Ciudadana. Estamos trabajando en consejos consultivos, es un proceso legal porque desconocer un ayuntamiento no es fácil, lleva su tiempo, pero sí se puede lograr”, dijo.
Quintero Vázquez detalló que la policía comunitaria tenía avances en municipios como Tecoanapa y Ayutla, Guerrero, donde estaban por instalarse el Consejo de Autoridades Civiles y Agrarias, que en un principio trabajarán a la par de los ayuntamientos.
“Lo que nosotros queremos es que se retomen los derechos agrarios, la soberanía del pueblo.Pero hay un procedimiento, la asamblea de los pueblos está trabajando en el sustento legal”, dijo.
Para Erubiel Tirado, miembro del Seminario de Investigación y Educación en Estudios de Defensa y Seguridad y especialista en Relaciones Civiles Militares de la Universidad Iberoamericana (UIA), las medidas que tomó el gobierno federal para resolver el caso Ayotzinapa no fueron las correctas.
“Hay un escenario de síntomas de ingobernabilidad. No estoy seguro que se pueda generalizar a todo el estado, pero hay un escenario en varias zonas de la entidad, obviamente también respecto de algunas cuestiones estratégicas con la situación de Iguala. Si no se les ha salido del todo de las manos, hay síntomas de ello en varios aspectos”, explica.
El especialista indica que el escenario de Guerrero es complejo: crimen organizado, presencia de guerrilla, expresiones civiles como las policías comunitarias, fuerzas armadas de la Marina y el Ejército, así como gobiernos antidemocráticos, autoritarios y represivos.
Un collage que da como resultado un “cultivo explosivo”: “hay que añadir una condición estructural de atraso grave, que no ayuda a que las acciones del gobierno sean fructíferas”, dice.
Tirado añade que el gobierno federal parece “no saber qué hacer o no querer actuar”.
El experto lamentó las declaraciones del Secretario de la Marina, Armada de México, Vidal Soberón Sanz, quien aseguró que los padres de los normalistas eran manipulados políticamente.
“Me llama la atención y me enoja más que manipulen a los padres de familia”, declaró.
Soberón Sanz añadió: “me enoja todavía más que manipulen a los padres de familia, que manipulen a esta gente, porque eso es lo que están haciendo para no reconocer o para seguir incrementando esto. Más coraje me da que esta gente que está manipulando a los padres de familia no les interesan ni los padres ni estos muchachos”.
Erubiel Tirado indica que es una mala señal que un militar opine como lo hizo el Secretario de la Marina.
“Los militares en este país están para obedecer, no para dictar línea. Tengan o no razón, me da miedo que hablen. Nos estamos regresando al siglo XlX. Si el llamado viene de las fuerzas armadas con el consentimiento del Presidente, es preocupante. Las autoridades se refugian en la teoría de la conspiración para justificar medidas drásticas. Si la autoridades tienen pruebas de que hay una estrategia subversiva, se tiene que hacer público, que no nos traten como menores de edad”, dice.
Tirado califica como “nervios autoritarios” el actuar de las autoridades mexicanas en el caso de Ayotzinapa y asegura, que con acciones de intimidación no se resolverá nada.
“Se tiene que atender la demanda, independientemente de quién está asesorando a los padres de los muchachos desaparecidos. En el Senado de la República hasta se fueron de vacaciones y no atendieron la petición de los padres”, dice.
El criminólogo Pablo Monzalvo Pérez añade que en la redirección de una estrategia para el caso Ayotzinapa, se requiere un cambio en las autoridades que están al mando. Pero también, señala, hace falta atender la extrema pobreza de la entidad.
“Se requiere gente capacitada, que tenga valores y se tiene que atender el problema del rezago social, porque se abandonó la atención a la producción. La gente prefiere cultivar mariguana que maíz. La nación tiene que ser productiva y no vivir lo que está viviendo ahora”, finaliza.
La pobreza, el abandono al campo, uno de los ingredientes de ese “cultivo explosivo” que explica Tirado y que no se puede deslindar del problema de inseguridad que vive Guerrero.
De Shaila Rosagel en Sinembargo.mx.
A esos ciudadanos empoderados que están tomando las calles y exigiendo cuentas a las autoridades, dice.
“Estos conflictos se han acumulado y han encontrado un momento propicio para expresar la inconformidad por una clase política indolente. Sigue la violencia a la alza en la región norte; en la zona centro no se ha podido controlar, porque sabemos los problemas que tienen las corporaciones policías. Los poderes municipales están muy debilitados trabajando de manera facciosa para su propio futuro político. Una clase política que se ha olvidado de su objetivo principal de proteger a la gente. Vemos el hartazgo de una población que ha sido empobrecida, engañada, manipulada”, explica.
Se trata de un malestar, agrega, que busca un cambio como la toma de alcaldías que la policía comunitaria de Guerrero emprendió desde hace unas semanas.
Hace unos días el vocero de las familias de los normalistas desaparecidos informó que si el gobierno no entrega avances sobre los desaparecidos para el 6 de enero, la Unión de Pueblos Originarios del Estado de Guerrero (UPOEG), tomará 21 alcaldías en distintas regiones de Guerrero.
Adelantó que en Tecoanapa, Guerrero, el Presidente Municipal Manuel Quiñónez Cortés fue desconocido y que la agencia del Ministerio Público, el Juzgado de la Paz, las supervisiones escolares y el Sistema DIF, están cerrados.
“En Costa Chica todos los municipios están tomados, queremos la desaparición de poderes. Nada más nos falta la instalación de las asambleas, porque el poder tiene que ser del pueblo”, dijo.
José Félix indicó que si los normalistas no regresan con vida, será un llamado al pueblo para hacer una revolución.
“Si por alguna razón de estos 15 días críticos, no regresan a nuestros hijos y ya no los volvemos a ver, no importa, queremos que queden en la memoria, y que sirvieron como tributo para el pueblo, para una revolución inteligente. No estamos llamando a las armas, sino con inteligencia, que la población se organice y que haga sus asambleas, tomar el plan de acción de los papás de los normalistas de Ayotzinapa”, dijo.
A principios de diciembre Manuel Vázquez Quintero, abogado de la organización de la UPOEG, confirmó a SinEmbargo que la policía comunitaria se preparaba para tomar e instalar consejos civiles y agrarios en los 44 municipios donde tiene presencia la organización.
Estos consejos se sustentan en la Constitución y tienen como objetivo regresarle al pueblo el poder perdido ante las autoridades municipales, coludidas en su mayoría con el crimen organizado, explicó.
“Estamos trabajando con el magisterio en los municipios donde tenemos presencia, para restituir a la población ese poder comunitario consagrado en el artículo 115 de la Constitución y en la Ley de Participación Ciudadana. Estamos trabajando en consejos consultivos, es un proceso legal porque desconocer un ayuntamiento no es fácil, lleva su tiempo, pero sí se puede lograr”, dijo.
Quintero Vázquez detalló que la policía comunitaria tenía avances en municipios como Tecoanapa y Ayutla, Guerrero, donde estaban por instalarse el Consejo de Autoridades Civiles y Agrarias, que en un principio trabajarán a la par de los ayuntamientos.
“Lo que nosotros queremos es que se retomen los derechos agrarios, la soberanía del pueblo.Pero hay un procedimiento, la asamblea de los pueblos está trabajando en el sustento legal”, dijo.
Para Erubiel Tirado, miembro del Seminario de Investigación y Educación en Estudios de Defensa y Seguridad y especialista en Relaciones Civiles Militares de la Universidad Iberoamericana (UIA), las medidas que tomó el gobierno federal para resolver el caso Ayotzinapa no fueron las correctas.
“Hay un escenario de síntomas de ingobernabilidad. No estoy seguro que se pueda generalizar a todo el estado, pero hay un escenario en varias zonas de la entidad, obviamente también respecto de algunas cuestiones estratégicas con la situación de Iguala. Si no se les ha salido del todo de las manos, hay síntomas de ello en varios aspectos”, explica.
El especialista indica que el escenario de Guerrero es complejo: crimen organizado, presencia de guerrilla, expresiones civiles como las policías comunitarias, fuerzas armadas de la Marina y el Ejército, así como gobiernos antidemocráticos, autoritarios y represivos.
Un collage que da como resultado un “cultivo explosivo”: “hay que añadir una condición estructural de atraso grave, que no ayuda a que las acciones del gobierno sean fructíferas”, dice.
Tirado añade que el gobierno federal parece “no saber qué hacer o no querer actuar”.
El experto lamentó las declaraciones del Secretario de la Marina, Armada de México, Vidal Soberón Sanz, quien aseguró que los padres de los normalistas eran manipulados políticamente.
“Me llama la atención y me enoja más que manipulen a los padres de familia”, declaró.
Soberón Sanz añadió: “me enoja todavía más que manipulen a los padres de familia, que manipulen a esta gente, porque eso es lo que están haciendo para no reconocer o para seguir incrementando esto. Más coraje me da que esta gente que está manipulando a los padres de familia no les interesan ni los padres ni estos muchachos”.
Erubiel Tirado indica que es una mala señal que un militar opine como lo hizo el Secretario de la Marina.
“Los militares en este país están para obedecer, no para dictar línea. Tengan o no razón, me da miedo que hablen. Nos estamos regresando al siglo XlX. Si el llamado viene de las fuerzas armadas con el consentimiento del Presidente, es preocupante. Las autoridades se refugian en la teoría de la conspiración para justificar medidas drásticas. Si la autoridades tienen pruebas de que hay una estrategia subversiva, se tiene que hacer público, que no nos traten como menores de edad”, dice.
Tirado califica como “nervios autoritarios” el actuar de las autoridades mexicanas en el caso de Ayotzinapa y asegura, que con acciones de intimidación no se resolverá nada.
“Se tiene que atender la demanda, independientemente de quién está asesorando a los padres de los muchachos desaparecidos. En el Senado de la República hasta se fueron de vacaciones y no atendieron la petición de los padres”, dice.
El criminólogo Pablo Monzalvo Pérez añade que en la redirección de una estrategia para el caso Ayotzinapa, se requiere un cambio en las autoridades que están al mando. Pero también, señala, hace falta atender la extrema pobreza de la entidad.
“Se requiere gente capacitada, que tenga valores y se tiene que atender el problema del rezago social, porque se abandonó la atención a la producción. La gente prefiere cultivar mariguana que maíz. La nación tiene que ser productiva y no vivir lo que está viviendo ahora”, finaliza.
La pobreza, el abandono al campo, uno de los ingredientes de ese “cultivo explosivo” que explica Tirado y que no se puede deslindar del problema de inseguridad que vive Guerrero.
De Shaila Rosagel en Sinembargo.mx.