La FIFA determinó no sancionar a la Federación Mexicana de Futbol (Femexfut) porque los aficionados del TRI gritaron “puto” a los porteros de Brasil y Camerún durante la copa del mundo de Brasil.
De acuerdo con la FIFA, dicho grito “no es considerado un insulto en este contexto específico”. Por tal razón, determinó no sancionar a la Femexfut por “conducta inapropiada”.
La investigación se abrió la semana pasada, debido a que la organización FARE consideró dicha expresión un insulto homófobo.
De inmediato, el entrenador de la selección mexicana, Miguel Herrera, desestimó la acusación. Sin embargo, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) advirtió que dicha expresión implicaba una violación a los derechos humanos.
En un comunicado, la Conapred reprobó:
“El grito de ‘puto’ es expresión de desprecio, de rechazo. No es descripción ni expresión neutra; es calificación negativa, es estigma, es minusvaloración. Homologa la condición homosexual con cobardía, con equívoco, es una forma de equiparar a los rivales con las mujeres, una forma de ridiculizarlas en un espacio deportivo, que siempre se ha concebido como casi exclusivamente masculino. El sentido con el que se da este grito colectivo en los estadios no es inocuo; refleja la homofobia, el machismo y la misoginia que privan aún en nuestra sociedad”.
De acuerdo con la FIFA, dicho grito “no es considerado un insulto en este contexto específico”. Por tal razón, determinó no sancionar a la Femexfut por “conducta inapropiada”.
La investigación se abrió la semana pasada, debido a que la organización FARE consideró dicha expresión un insulto homófobo.
De inmediato, el entrenador de la selección mexicana, Miguel Herrera, desestimó la acusación. Sin embargo, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) advirtió que dicha expresión implicaba una violación a los derechos humanos.
En un comunicado, la Conapred reprobó:
“El grito de ‘puto’ es expresión de desprecio, de rechazo. No es descripción ni expresión neutra; es calificación negativa, es estigma, es minusvaloración. Homologa la condición homosexual con cobardía, con equívoco, es una forma de equiparar a los rivales con las mujeres, una forma de ridiculizarlas en un espacio deportivo, que siempre se ha concebido como casi exclusivamente masculino. El sentido con el que se da este grito colectivo en los estadios no es inocuo; refleja la homofobia, el machismo y la misoginia que privan aún en nuestra sociedad”.