La empresa constructora Tradeco con anuencia de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, pretende ampliar a seis carriles la autopista del tramo La Pera-Cuautla en el estado de Morelos; obra que en su recorrido de 21 km a través de Tepoztlán amenaza con destruir el equilibrio de un área natural que guarda riqueza biológica y arqueológica de invaluable importancia para sus habitantes. Esta área pertenece al corredor ecológico Ajusco-Chichinautzin, y a la histórica zona de Tlaxomolco, así como la recién descubierta Yohualichan.
Pese a que existen dos decretos presidenciales –de 1937 la declaración de Parque Nacional y en 1988 como Área de Protección de la Flora y Fauna Silvestres– el proyecto carretero pretende despojar y devastar 125 hectáreas de territorio ejidal y comunal, además sin permiso de los comuneros, un tramo adicional de 16 kilómetros.
El 22 de julio de 2013 decenas de máquinas comenzaron la destrucción del bosque y tierras cultivables de los alrededores de Tepoztlán; la resistencia organizada –que había instalado campamentos para evitar el ingreso de la empresa– fue desalojada con violencia por la policía estatal y hasta el mes de mayo de 2014 continuó la ilegal ampliación.
Desde enero de 2013 el Instituto Nacional de Antropología e Historia ha permitido la destrucción y el saqueo de la zona arqueológica de Yohualichan, por donde atraviesa la ampliación de la autopista, bajo el argumento de que el sitio se encuentra en “mal estado de conservación” y ante ello “se privilegiará la investigación”, supeditando con ello el valor histórico-cultural a los intereses económicos privados.
A partir de entonces, maquinaria y trabajadores de Tradeco tuvieron autorización para enterrar y desaparecer piezas prehispánicas. Tadeco fue la constructora favorita durante el “sexenio de muerte” de Calderón Hinojosa, en el cual ganó licitaciones, o le fueron adjudicadas de forma directa, por más de 12 mil millones de pesos.
La afectación a la naturaleza también es grave ya que la parte norte de los peñascos sería destruida, al remover enormes cantidades de piedra y exponer a deslaves las vertientes de los cerros, cambiaría el curso del agua en las barrancas, lo que haría imposible para numerosas especies migrar de un lado al otro de las sierras, de acuerdo con los cambios estacionales. Además agravaría el suministro de agua para los pobladores de la región.
El 11 de mayo del 2014, las comunidades organizadas en los Frentes Unidos en Defensa de Tepoztlán emitieron un comunicado en el que dan a conocer que, por la vía jurídica, logran la suspensión definitiva de los trabajos de ampliación de la carretera mediante un recurso de revisión de amparo favorable. Éste ordena que dicha obra debe detenerse hasta que se dictamine la sentencia final en el juicio de amparo que los pobladores comenzaron –y que sigue en curso– para la defensa de su territorio ante la imposición de dicho proyecto y otros similares del Plan Integral Morelos.
Pese a que existen dos decretos presidenciales –de 1937 la declaración de Parque Nacional y en 1988 como Área de Protección de la Flora y Fauna Silvestres– el proyecto carretero pretende despojar y devastar 125 hectáreas de territorio ejidal y comunal, además sin permiso de los comuneros, un tramo adicional de 16 kilómetros.
El 22 de julio de 2013 decenas de máquinas comenzaron la destrucción del bosque y tierras cultivables de los alrededores de Tepoztlán; la resistencia organizada –que había instalado campamentos para evitar el ingreso de la empresa– fue desalojada con violencia por la policía estatal y hasta el mes de mayo de 2014 continuó la ilegal ampliación.
Desde enero de 2013 el Instituto Nacional de Antropología e Historia ha permitido la destrucción y el saqueo de la zona arqueológica de Yohualichan, por donde atraviesa la ampliación de la autopista, bajo el argumento de que el sitio se encuentra en “mal estado de conservación” y ante ello “se privilegiará la investigación”, supeditando con ello el valor histórico-cultural a los intereses económicos privados.
A partir de entonces, maquinaria y trabajadores de Tradeco tuvieron autorización para enterrar y desaparecer piezas prehispánicas. Tadeco fue la constructora favorita durante el “sexenio de muerte” de Calderón Hinojosa, en el cual ganó licitaciones, o le fueron adjudicadas de forma directa, por más de 12 mil millones de pesos.
La afectación a la naturaleza también es grave ya que la parte norte de los peñascos sería destruida, al remover enormes cantidades de piedra y exponer a deslaves las vertientes de los cerros, cambiaría el curso del agua en las barrancas, lo que haría imposible para numerosas especies migrar de un lado al otro de las sierras, de acuerdo con los cambios estacionales. Además agravaría el suministro de agua para los pobladores de la región.
El 11 de mayo del 2014, las comunidades organizadas en los Frentes Unidos en Defensa de Tepoztlán emitieron un comunicado en el que dan a conocer que, por la vía jurídica, logran la suspensión definitiva de los trabajos de ampliación de la carretera mediante un recurso de revisión de amparo favorable. Éste ordena que dicha obra debe detenerse hasta que se dictamine la sentencia final en el juicio de amparo que los pobladores comenzaron –y que sigue en curso– para la defensa de su territorio ante la imposición de dicho proyecto y otros similares del Plan Integral Morelos.