El rey de la basura
Cuauhtémoc Gutiérrez es el heredero de un imperio forjado en laindustria de la basura. Su padre, Rafael Gutiérrez Moreno, amasó una fortuna como cacique de los pepenadores.
Un olor a tabaco golpea la nariz al abrir la puerta. Priscila maneja un cuadernillo con los datos de la candidata en turno. Suave, como quien trata de que una niña pierda el miedo a dormir sola, describe las actividades del puesto:
Cuando gana confianza, con ese tono adormecedor, Priscila suelta que, entre sus actividades, está “tener sexo” con Gutiérrez de la Torre.
Sin saber que está frente a una reportera, Priscila le advierte que ese mismo día puede tener su primer encuentro sexual con el líder priista.
Priscila revela un detalle: al jefe -advierte- no le gustan las niñas “del otro bando”:
Priscila, aconseja a la chicas ser atentas. Al líder priista, hay que seducirlo:
Si aceptan sumarse a esta red de prostitución, las jóvenes causan alta en la nómina del PRI- DF como secretarias o recepcionistas.
Quien acepta, firma el cuadernillo de Priscila. La última etapa, consiste en que Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre dé el visto bueno.
Acompañadas por Priscila y Adriana, las chicas salen del Icadep y cruzan la avenida para ser llevadas a las oficinas del Comité Directivo del PRI en DF, ubicado en Puente de Alvarado No. 53, en la colonia Buenavista.
Se trata de un edificio de dos plantas y fachada del mismo rojo chillante. En la recepción hay dos mujeres vestidas con ropa negra ajustada, tacones altos y saco con el emblema del PRI bordado del lado derecho. Ellas fueron reclutadas de la misma manera.
Las oficinas de la Presidencia están en el primer piso. El “harén” del líder priista se oculta detrás de un par de cuartos siempre cerrados.
Las novatas llegan hasta ahí. Adriana entra; les instruye “ponerse guapas”. El Jefe está por terminar una reunión y recibirá a las nuevas, una por una. Mientras tanto, las “niñas”, como suelen llamarles, son presentadas con Sandra, el principal enlace con Gutiérrez de la Torre. Ella despacha en una oficina ubicada estratégicamente entre la del priista y los cuartos.
Sandra señala quién es la elegida para tener relaciones sexuales con el Jefe.. Delgada, con poco maquillaje y ropa informal Sandra recibe a las candidatas en su oficina, les pregunta si pueden empezar ese mismo día a trabajar, las observa detenidamente.
Entre cuatro paredes desnudas y un espejo colocado detrás de la puerta, las chicas que ya forman parte de la red pasan ocultas la mayor parte del día. No pueden salir de esa área a menos de que lleven mallón o pantalón negro.
Si están de guardia, les dan un timbre inalámbrico que deben tener en la mano. Cuando suena, hay que correr a la oficina de Cuauhtémoc Gutiérrez y preguntarle qué desea. Esa es la instrucción.
Desfilan para entrevistarse con el hijo del rey de la basura, entre ellas la reportera infiltrada. Llevan ropa ligera, la mayoría con escote y vestidos muy cortos, tacones altos, bien maquilladas, sin bolso ni celular.
Cuando entran, el Jefe. está sentado detrás de su escritorio. Es un hombre obeso, de ancha espalda y de cabeza pequeña. Un par deTopo Gigos de peluche adornan la entrada al lugar. No se mueve, su baja estatura no se nota.
Saluda con indiferencia pero desnuda con la mirada. En segundos, hace sentir que el primer contacto sexual puede ser ese mismo día.
Pregunta: “¿Cómo te llamas? ¿Dónde vives? ¿Cuántos años tienes? ¿Tienes hijos?”
“Gracias mija, pasa con Sandra”, se despide.
Afuera, la reportera observa cómo una chica de nuevo ingreso es llamada por la coordinadora. Pasa con el Jefe. Se demora 12 minutos. Cuando regresa tiene los labios despintados. La joven se deja caer como un bulto sobre el sillón. Está pálida y se lleva las manos a la cabeza con desagrado. Pasó la prueba. Ingreso a la red de prostitución.
Cuauhtémoc Gutiérrez es el heredero de un imperio forjado en laindustria de la basura. Su padre, Rafael Gutiérrez Moreno, amasó una fortuna como cacique de los pepenadores.
Un olor a tabaco golpea la nariz al abrir la puerta. Priscila maneja un cuadernillo con los datos de la candidata en turno. Suave, como quien trata de que una niña pierda el miedo a dormir sola, describe las actividades del puesto:
Cuando gana confianza, con ese tono adormecedor, Priscila suelta que, entre sus actividades, está “tener sexo” con Gutiérrez de la Torre.
Sin saber que está frente a una reportera, Priscila le advierte que ese mismo día puede tener su primer encuentro sexual con el líder priista.
Priscila revela un detalle: al jefe -advierte- no le gustan las niñas “del otro bando”:
Priscila, aconseja a la chicas ser atentas. Al líder priista, hay que seducirlo:
Si aceptan sumarse a esta red de prostitución, las jóvenes causan alta en la nómina del PRI- DF como secretarias o recepcionistas.
Quien acepta, firma el cuadernillo de Priscila. La última etapa, consiste en que Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre dé el visto bueno.
Acompañadas por Priscila y Adriana, las chicas salen del Icadep y cruzan la avenida para ser llevadas a las oficinas del Comité Directivo del PRI en DF, ubicado en Puente de Alvarado No. 53, en la colonia Buenavista.
Se trata de un edificio de dos plantas y fachada del mismo rojo chillante. En la recepción hay dos mujeres vestidas con ropa negra ajustada, tacones altos y saco con el emblema del PRI bordado del lado derecho. Ellas fueron reclutadas de la misma manera.
Las oficinas de la Presidencia están en el primer piso. El “harén” del líder priista se oculta detrás de un par de cuartos siempre cerrados.
Las novatas llegan hasta ahí. Adriana entra; les instruye “ponerse guapas”. El Jefe está por terminar una reunión y recibirá a las nuevas, una por una. Mientras tanto, las “niñas”, como suelen llamarles, son presentadas con Sandra, el principal enlace con Gutiérrez de la Torre. Ella despacha en una oficina ubicada estratégicamente entre la del priista y los cuartos.
Sandra señala quién es la elegida para tener relaciones sexuales con el Jefe.. Delgada, con poco maquillaje y ropa informal Sandra recibe a las candidatas en su oficina, les pregunta si pueden empezar ese mismo día a trabajar, las observa detenidamente.
Entre cuatro paredes desnudas y un espejo colocado detrás de la puerta, las chicas que ya forman parte de la red pasan ocultas la mayor parte del día. No pueden salir de esa área a menos de que lleven mallón o pantalón negro.
Si están de guardia, les dan un timbre inalámbrico que deben tener en la mano. Cuando suena, hay que correr a la oficina de Cuauhtémoc Gutiérrez y preguntarle qué desea. Esa es la instrucción.
Desfilan para entrevistarse con el hijo del rey de la basura, entre ellas la reportera infiltrada. Llevan ropa ligera, la mayoría con escote y vestidos muy cortos, tacones altos, bien maquilladas, sin bolso ni celular.
Cuando entran, el Jefe. está sentado detrás de su escritorio. Es un hombre obeso, de ancha espalda y de cabeza pequeña. Un par deTopo Gigos de peluche adornan la entrada al lugar. No se mueve, su baja estatura no se nota.
Saluda con indiferencia pero desnuda con la mirada. En segundos, hace sentir que el primer contacto sexual puede ser ese mismo día.
Pregunta: “¿Cómo te llamas? ¿Dónde vives? ¿Cuántos años tienes? ¿Tienes hijos?”
“Gracias mija, pasa con Sandra”, se despide.
Afuera, la reportera observa cómo una chica de nuevo ingreso es llamada por la coordinadora. Pasa con el Jefe. Se demora 12 minutos. Cuando regresa tiene los labios despintados. La joven se deja caer como un bulto sobre el sillón. Está pálida y se lleva las manos a la cabeza con desagrado. Pasó la prueba. Ingreso a la red de prostitución.
Fuente:
http://aristeguinoticias.com/0204/mexico/opera-redprostitucion-en-pri-df-investigacion-mvs/