“..UNA BALA EN CADA MANIFESTACIÓN TE DIÓ”
Autor: Tenejapanboy
A la memoria de Juan Francisco Kuykendall.
Autor: Tenejapanboy
A la memoria de Juan Francisco Kuykendall.
La ”Ley Para Proteger los Derechos Humanos y que Regula el Uso Legítimo de la Fuerza de los Elementos Policiales“, del estado de Puebla (aprobada hoy 19 de mayo de 2014 con 32 votos a favor y cinco en contra) dice a la letra en su artículo 10 “Se considera legítima defensa, en el caso del uso de armas de fuego o de fuerza letal, cuando exista agresión real, actual o inminente que ponga en peligro la vida o a la integridad física; que implique lesión grave, además de racionalidad y proporcionalidad en los medios empleados, para la defensa de la vida y la integridad física.” Esta desproporcionada, sin límites, convenenciera y confusa ley, que autoriza sin límites el uso excesivo de la violencia por parte de las “autoridades”, es otro botón de muestra de la tendencia a criminalizar la protesta social. Más reciente y anterior a la aprobada en el estado de Puebla, es la que el Congreso del estado de Chiapas aprobó (Con 26 votos a favor, cuatro en contra y una abstención), el pasado 15 de mayo, donde, de igual forma, se autoriza el uso de “armas no letales” a ver vamos por partes y preguntémonos ¿Cómo carajos se calcula que un objeto no es “letal”? (por ejemplo, una supuestamente inofensiva bala de “goma” fue la que, después de un largo y triste periodo, provocó la muerte del activista, Juan Francisco Kuykendall, crimen que desde el #1DMX a la fecha continua impune) ¡Quién tiene la preparación suficiente y la calidad moral para decidir en qué momento una manifestación pacífica, se puede convertir en un mitin violento donde el uso “legítimo” de la fuerza es aplicable? ¿Quién nos asegura la estabilidad mental y capacidad emocional de los elementos de “seguridad” (armados con rifles, pistolas, lanzagranadas, etcétera), para tomar decisiones, que pongan en riesgo la vida de los manifestantes, sin esperar órdenes de sus mandos? A ver señores legisladores de Puebla y Chiapas ¿dónde están los estudios independientes que autorizan, avala y justifican el uso criminal de la fuerza bruta contra la población civil?.
Los Granazombies de Mancerita
Desde hace un tiempo (remitámonos al #1DMX), la protesta social se volvió objeto del particular interés para las autoridades de sistema político mexicano. La Ciudad de México –considerada hasta hace poco un bastión de la izquierda mexicana progresista y tierra de libertades democráticas jajajaja- , fue el conejillo de indias ideal para ensayar las nuevas formas de represión (ahí, al menos yo, conocimos el ahora famoso y reiteradamente utilizado “encapsulamiento”), y se recurrió, por parte de los granazombies de mancerita, al uso de la fuerza bruta para “controlar” la legítima manifestación del descontento social (otro ejemplo de lo peligrosas que pueden ser las “armas no letales” es el caso del joven Uriel Sandoval, otra víctima de las inofensivas balas de goma en el #1DMX, quien perdió un ojo a causa del golpe de una bala de goma), y si protestar en el DF es ya un deporte de alto riesgo, el hacerlo en las ciudades y poblaciones rurales de provincia es casi un suicidio. Y resulta que ahora los papeles protagónicos en esta historia de la represión en México, que de allá, del mal llamado “interior de la república”, nos viene la legitimación del uso de armas letales, con la ya bautizada, en redes sociales, como la #leyBala . Con ella se pretende dar validez jurídica al uso de armas que puedan, no sólo contener a los manifestantes, sino que, a través de lesiones mayores, que pueden en un momento dado provocar la muerte (recordemos Tlatelolco), la protesta social se inhiba, pues a través de las amenazas de muerte, los ciudadanos pensarán una, dos y tres veces antes el acudir a una concentración ciudadana, donde, si el psicópata encargado de “vigilar” la manifestación se le bota la canica, y a su muy particular entender se pone en riesgo la integridad física y material de los siempre oportunos y ubicuos “terceros” , pueden ser víctimas mortales del uso de armas letales para controlar sus “desordenadas y violentas” protestas.
Los Granazombies de Mancerita
Desde hace un tiempo (remitámonos al #1DMX), la protesta social se volvió objeto del particular interés para las autoridades de sistema político mexicano. La Ciudad de México –considerada hasta hace poco un bastión de la izquierda mexicana progresista y tierra de libertades democráticas jajajaja- , fue el conejillo de indias ideal para ensayar las nuevas formas de represión (ahí, al menos yo, conocimos el ahora famoso y reiteradamente utilizado “encapsulamiento”), y se recurrió, por parte de los granazombies de mancerita, al uso de la fuerza bruta para “controlar” la legítima manifestación del descontento social (otro ejemplo de lo peligrosas que pueden ser las “armas no letales” es el caso del joven Uriel Sandoval, otra víctima de las inofensivas balas de goma en el #1DMX, quien perdió un ojo a causa del golpe de una bala de goma), y si protestar en el DF es ya un deporte de alto riesgo, el hacerlo en las ciudades y poblaciones rurales de provincia es casi un suicidio. Y resulta que ahora los papeles protagónicos en esta historia de la represión en México, que de allá, del mal llamado “interior de la república”, nos viene la legitimación del uso de armas letales, con la ya bautizada, en redes sociales, como la #leyBala . Con ella se pretende dar validez jurídica al uso de armas que puedan, no sólo contener a los manifestantes, sino que, a través de lesiones mayores, que pueden en un momento dado provocar la muerte (recordemos Tlatelolco), la protesta social se inhiba, pues a través de las amenazas de muerte, los ciudadanos pensarán una, dos y tres veces antes el acudir a una concentración ciudadana, donde, si el psicópata encargado de “vigilar” la manifestación se le bota la canica, y a su muy particular entender se pone en riesgo la integridad física y material de los siempre oportunos y ubicuos “terceros” , pueden ser víctimas mortales del uso de armas letales para controlar sus “desordenadas y violentas” protestas.
Ahora, como siempre en estos casos, los ciudadanos fuimos los últimos en enterarnos de las sucias maniobras de nuestros legisladores, y lo peor de todo, es que si salimos a protestar contra la #LeyBala chiapaneca y poblana seguramente un letal proyectil, ya tiene escrito nuestro nombre. Esperemos pues a ver cuántas entidades federativas (incluyendo la Ciudad de México), se contagian de este virus represor e implementan y ponen en su cuerpo de leyes la autorización fascista de usar armas letales contra los ciudadanos que ejercemos el legítimo derecho a expresar nuestro punto de vista sobre el acontecer político, económico y social que nos afecta.
Saludos a la banda ENAHNA.
Saludos a la banda ENAHNA.