jueves, 28 de abril de 2016

La construcción de la mentira oficial.

 De José Gil Olmos.
 
Cada gobierno ha tenido un “constructor” de verdades oficiales que sirve para tapar hoyos o crear mentiras igualmente oficiales y creíbles. Uno de estos personajes importante para el gobierno de Enrique Peña Nieto, es su amigo Tomás Zerón Lucio quien en el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) aparece como un personaje importante en la construcción de la “verdad histórica” de la PGR de la supuesta quema de los estudiantes de Ayotzinapa en el basurero de Cocula.

La construcción de la famosa “verdad histórica” que expuso hasta que se cansó Jesús Murillo Karam cuando era procurador, se basó principalmente en el descubrimiento de dos bolsas negras con restos humanos que resultaron ser los del estudiante Alexander Mora.

Todo el proceso de la investigación gubernamental se fundamentó en esta revelación en la que tuvo que ver Zerón cuyo nombre no había aparecido en las notas periodísticas como un personaje importante en toda la zaga de la de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre del 2013 en Iguala, Guerrero.

Obstaculizado por el gobierno para llegar al fondo del asunto, que usó a medios de comunicación como El Universal, La Razón y La Crónica para desacreditar a sus miembros y a los familiares de los estudiantes de Ayotzinapa, junto con sus abogados, el GIEI hace una aportación importante al mostrar a Zerón al frente de la planeación estratégica de la “verdad histórica” fundada en los restos encontrados en una bolsa de plástico del río de Cocula.


A través de un video del periodista José Manuel Giménez y de fotografías de Daniel Rodríguez, el GIEI muestra a Zerón y a uno de los inculpados de la desaparición de estudiantes, Agustín García Reyes, alias El Chereje, a las orillas del río San Juan, donde otro grupo de peritos recogen algunos objetos que al parecer serían los restos de Alexander Mora.

Las imágenes del video y las fotos son del 28 de octubre, un día antes de que la PGR informara que había encontrado restos óseos en una bolsa de plástico. De acuerdo con el expediente oficial, el 29 de octubre de 2014 dos inculpados –uno de ellos Agustín García y Johnatan Osorio Gómez– fueron llevados al orillas del río San Juan, en Cocula, para reconocer el lugar donde habían tirado los restos incinerados de los normalistas.

La diligencia secreta del 28 de octubre de Zerón y los peritos de la PGR no consta en el expediente. Este hecho pone en duda toda la investigación judicial pues la presencia no consignada de Zerón, quien es director de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, en el mismo lugar donde supuestamente fueron descubiertos los restos de Alexander nos muestra cómo hay una mentira en el “hallazgo oficial” y cómo pudo construirse la “verdad histórica” con un escenario falso o artificial creado para justificar la quema de los cuerpos en el basurero de Cocula.

El vacío en el proceso de investigación de este dato, de la presencia de Zerón en el afluente del río Cocula un día antes de que la PGR manifestara el descubrimiento de la bolsa negra con restos humanos, es la que sostiene la afirmación del GIEI de que se “sembraron” estas pruebas para sostener la “verdad histórica” de la quema de los cuerpos de los estudiantes de Ayotzinapa en el basurero.

Toda la investigación de la PGR se tambalea con esta mentira. Zerón, el siniestro amigo del presidente, tiene ya un historial en la construcción de “verdades históricas” como bien apunta el reportero Álvaro Delgado en su artículo “El Fabricante”, donde nos recuerda que participó en la historia del hallazgo del cuerpo de la niña Paullette Gebara Farah, a la orilla de su cama diez días después de su desaparición en marzo del 2010, cuando Peña Nieto era gobernador del Estado de México.
 
Fuente:  http://www.proceso.com.mx/438673/la-construccion-la-mentira-oficial

jueves, 21 de abril de 2016

El mensaje de Cienfuegos.

 
De José Gil Olmos.
El caso de tortura en Ajuchitlán, Guerrero, por parte de militares y policías federales a una mujer, es uno de tantos que desde hace años se vienen denunciando en todo el país y que forman parte de esta guerra no convencional en la que están atrapadas las fuerzas armadas y policiales.

Pero si se trata de un caso más entonces por qué el general Salvador Cienfuegos salió a disculparse ante más de 25 mil soldados reunidos en la plaza Damián Carmona de la zona militar en un evento que parecía más una convocatoria de unidad ante futuras tempestades que una acción de disculpa ante la sociedad.

El general Cienfuegos ha sido protagonista en varios actos públicos en los que ha participado más con un mensaje político que como tradicionalmente lo hacía el jefe de las fuerzas armadas, con discursos institucionales.

En noviembre del 2014, por ejemplo, al participar en el inicio de construcción de un nuevo cuartel para la Policía Militar, en Monterrey, el secretario de la Defensa dijo que los militares aportaban sus mejores esfuerzos al servicio de los ciudadanos sin amedrentarse “por juicios injustos, algunos sin duda erróneos, carentes de fundamento, malintencionados y que la institución armada nacional no merece”.


El discurso del general se dio bajo el contexto de dos casos en los que las fuerzas militares estuvieron y están bajo el escrutinio nacional e internacional: las ejecuciones en Tlatlaya y los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.

Dijo mucho más en esa ocasión. Pidió acabar con “la indolencia, la insensibilidad, el silencio, la violencia desmedida y la complicidad” que obstruyen y limitan la verdadera esencia de la justicia. Y terminar con el rumor, la intriga y la deslealtad que, dijo, “corroen cimientos, mancillan convicciones, frenan el potencial que tiene el país y debilitan las instituciones”.

Hoy que una vez más se pone en entredicho a las fuerzas militares, que desde Estados Unidos la candidata Hilary Clinton pidió que respeten más los derechos humanos y que se difundió ese video donde se muestran a dos mujeres, una militar y otra policía, torturando a otra mujer, el general Cienfuegos vuelve a aparecer con un discurso político pero con armadura castrense.

Nada es gratuito y menos cuando Cienfuegos habló en un acto que parece desproporcionado para ofrecer disculpas como el realizado el sábado 16 en el corazón de la Secretaría de la Defensa Nacional ante miles de soldados, un día después de que se “filtró” el video de la tortura.

Contra la costumbre de guardar silencio, casi de inmediato la Secretaría de la Defensa reconoció el hecho y dijo que ya se había denunciado ante la PGR.

El mensaje del general Cienfuegos un día después pareciera tener un trasfondo más importante que una disculpa social.

En un contexto de exacerbación ciudadana, de brotes de inconformidad social por acciones desastrosas, actos de corrupción y de saqueo por integrantes del gobierno, del surgimiento de grupos de autodefensas que buscan frenar la violencia en sus lugares de origen y, sobre todo, ante los visos de grandes movimientos sociales en víspera de las elecciones del 2018, el protagonismo de las fuerzas armadas es y será importante.

Más que Cien Fuegos, el jefe del Ejército pareciera ofrecer disculpas anticipadas ante los miles de fuegos que podrían suscitarse en el país y que desde fuera se ven con preocupación porque podrían propalarse en tiempos de crisis. Ante este riesgo, ojala no sean disculpas adelantadas por lo que habrá de hacer.
Fuente:  http://www.proceso.com.mx/437761/el-mensaje-de-cienfuegos